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sábado, 7 de marzo de 2009

La oportunidad de trabajar y viajar

Cuando uno atraviesa ciertas dificultades emocionales, de pronto una sobrecarga de trabajo recientemente eliminada, o cuando uno necesita simplemente deshacerse de la podredumbre mental en la que puede caer tras construir una rutina que difumina cada día los rasgos de su vida, cambiar de aires siempre es bueno.

Ya sea un viaje pequeño a un pueblo cercano, o un viaje al otro extremo del mundo. La simple idea de viajar apertura nuestras mentes a nuevas experiencias, y nos permite oxigenarnos, llenar nuestros pulmones de nueva vida, y guardaremos como tesoros esos momentos fotográficos, para utilizarlos como baterías cuando nuevamente tengamos que sumergirnos en nuestro día a día.

Así que con ganas de dejar un poco de lado las últimas experiencias, y aprovechando que Micha comienza clases en unos días, vamos a aprovechar que mi trabajo me permite viajar cómodamente, y viajaremos un poco. Yo necesito de ella, y ella, que no es capaz todavía de entender la fuerza que puede transmitirme, también necesita de mi. Así que un poco de father & daughter time es necesario.
Ya les contaré a mi regreso.

En otras noticias, quisiera aprovechar para desearles a todas las mujeres un feliz día internacional de la mujer. Tantas de ustedes son tan trabajadoras, tan fuertes, que simplemente queda admirarlas. Admiración es la palabra clave en éstas fechas.

Un saludo grande a todas.

El Alquimista.

sábado, 28 de febrero de 2009

Presiones y exclusividad

Ésta semana fue, por no decir desastroza, interesante.
Cuando un hombre llega a un punto en la vida, en el que el interés hacia una persona del otro sexo se torna más sentimental que otra cosa, es inevitable que empiece a construir ciertos castillos de naipes imaginarios, cuya altura sólo será limitada por las cicatrices emocionales que lleve encima producto de los derrumbes de previos castillos.

Ésta semana hablé con La Profe un par de veces, y naturalmente la vi en clase, sin embargo desde el comienzo de la semana noté algo particular en ella. Noté que su rostro había cambiado, que su sonrisa no era tan fácil ya, y que hasta su postura parecía forzada por una mochila cuyo peso desconocí hasta hace unos minutos.

Tras ser desechado de sus planes de la semana un par de veces, y luego de notar la frialdad aparente con la que me trataba, hice un último intento por comunicarme civilizadamente con ella. Finalmente, conseguí que me conteste el teléfono y pude arrastrarla a un café.

El resultado: Ella sentía que existía la posibilidad de una relación conmigo, sentía que había una chispa increíble, y que adoraba a Michaela. Pero también sentía que yo llevaba a cuestas una responsabilidad que ella no tenía por qué compartir, que ella era una chica joven, que necesitaba estar rodeada de jóvenes, y salir los fines de semana, y no asumir un rol que por el momento no le correspondía, y que no quería que le corresponda. Sentía que mis llamadas, mis invitaciones posteriores y mi manera de escribirle y tratarla le transmitían una responsabilidad que no había pedido, y que no quería. Ella no quería que yo sintiese que éramos una pareja, o que teníamos una relación. Ella pues, admitió finalmente tiene terror al compromiso, por ligero que sea, y me comentó que era producto de una pésima relación pasada.

Es momentos como éste en los que daría todo por desaparecer de la faz de la tierra a todos los exs.
No puedo ocultar la rabia que me puede producir el hecho de tener que perder a una persona que por un instante alimentó tantas fantasías. Y lo que es peor, darme cuenta que quien alimentó las fantasías fui yo. Las engordé con ingentes cantidades de ilusión, esperanza y hasta de deseo. Porque secretamente, y ya no tan secretamente, me he sentido sólo. Y no lo supe hasta estar acompañado. Y estoy feliz de haber dejado a alguien más entrar en mi vida, permitiéndome descubrir que yo necesito efectivamente a alguien a mi lado, que quizá mi vida sería mejor así. Pero lamento que haya sido una persona que no esté lista.

Y sin embargo, no pierdo el deseo de volver a verla. Sé ahora que la mejor forma de tenerla cerca, es dejarla libre. Quizá su miedo al compromiso se desvanezca cuando ella se dé cuenta que fue ella quien me llamó a mi, quien se acercó. Quizá si dejo que ella dé los siguientes pasos, quizá y podamos superar todo ésto. Que me parece parte de una mala canción de Nacho Vegas.
Definitivamente parte de un verano fatal.

sábado, 21 de febrero de 2009

Detalles

Cuando una pareja que recién empieza, y cuando hablo de "pareja" no quiero atribuirle más que el significado de "par de personas", es inevitable que independientemente a cualquier chispazo electroquímico que pudiera haber entre ellos, el principal elemento de cohesión es la conversación. Y como bien dice Shakira, cuando hay que hablar de dos es mejor empezar por uno mismo.

El día de San Valentin cenamos tranquilamente en casa, no los aburriré con los detalles de mi magnífica cocina, pero me remitiré a decir que el postre fue lo mejor. Una torta tres leches horneada de forma casera y que fue la gloria de la noche. Micha y yo terminamos tan repletos que nos dió franca verguenza que una invitada observe nuestra salvaje naturaleza tan de cerca. Tras acostar a la enana, empezamos a conversar.

Y cuáles suelen ser pues los principales temas de conversación?
Básicamente quién eres, quién soy, qué hago, dónde lo hago, cómo llegué a dónde estoy, etc. Y naturalmente el tema del trabajo, y de la madre de Michaela la intrigaron de forma notoria.

Principalmente porque sé que para una mujer es delicado hasta cierto punto intentar tocar el tema de mi esposa conmigo, siempre temiendo tocar alguna fibra sensible en mi. Lo que desconocen es que no existe fibra insensible, que yo hablaré siempre de ella con la mayor pasión y cariño, y que tocar el tema para mi no es un problema, aunque quizá lo sea para la interlocutora, pues en una conversación que debería derivar en cierto punto a los gileos respectivos, escuchar a alguien hablar de su anterior pareja con tanta devoción, quizá no sea lo más agradable. Y sin embargo, pareció no molestarle.

Y cuando hablamos de trabajo, de la oficina y de Travel, mostró bastante interés en ésto último. Primero me miró con cierta desconfianza y me preguntó socarronamente "no me vas a intentar meter en esas cosas, no?".
No pude más que mirarla con cierta ternura y decirle que yo no pretendía meterla en esa ni en ninguna otra "cosa", ni mucho menos.
Intenté explicarle el funcionamiento de Travel, y finalmente le dije lo que le digo a todo el mundo. "No es para todo el mundo, porque no todo el mundo tiene la fuerza de voluntad para trabajar en algo así. Hace falta más que ganas de superación, hace falta un carácter y una personalidad especial, hace falta disciplina, cariño, hace falta querer siempre un poco más, y la verdad es que la mayoría de las personas están cómodas donde están, así sea en la desgracia." Le expliqué que vivimos en un mundo en el que hay que competir, ya no por uno mismo, sino por otras personas. Cuando supo que hablaba de Micha, entendió.

Recomendado de la semana

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