sábado, 31 de enero de 2009

Michaela, la profe y yo.

Llegó el viernes por la noche y decidí hacer la funesta llamada a la profesora de natación, para coordinar la salida de compras. Fue una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer en mucho tiempo. Por qué no le pedí el favor a alguna de las chicas con las que trabajo, o a alguna otra amiga en particular? Jamás lo entenderé, pero debo decir que no me arrepiento.


Tuve que convencerme antes de llamar de que el tenor de voz que utilizaría durante la llamada sería de lo más neutral, pero todo se fue al diablo apenas me contestó el teléfono. Su voz, tan joven y alegre me respondió como aquella chica que le responde el teléfono a su viejo compañero de promoción. Su ánimo y disposición para salir, me inquietaron inmediatamente, así que cerré el trato lo más pronto que pude, y quedamos en encontrarnos al día siguiente en el Jockey Plaza. 

Salimos a las 11 am de casa, intentando llegar al centro comercial, intentando apaciguar la emoción de Michaela por su salida de shopping. Ella elaboró dedicadamente una lista de las cosas que "necesita", lista que me entregó a la hora del desayuno y que consta de numerosos items que me sorprendieron, entre ellos, muchas cosas que aparentemente yo necesito. Mi pobre enana se toma muy a pecho la labor de ser la mujer de la casa.

Nos encontramos tal como habíamos dicho, frente a los cines a la hora pactada, y debo confesar que me alegró y sorprendió que haya sido puntual. Esperaba haber podido tener unos minutos para sacudirme el nerviosismo, pero la naturaldidad y frescura de "la profe" terminó por secar las palmas de mis manos, que habían sudado toda la mañana. 

Empezamos la ruta del shopping mientras que contemplábamos entre carcajadas la lista de Michaela, que aparentemente no se encontraba muy disgustada con la situación. Era consciente de que su padre estaba en ese momento, de alguna manera, quizá, flirteando con su profesora? Si lo hizo, pues no demostró malestar alguno, y si no lo hizo, pues probablemente fue lo mejor.

Confieso que ir de compras con una mujer es toda una experiencia para mi. La onda de probarte cada cosa antes de comprarla, de tener que ir a regañadientes al vestidor con una cantidad absurda de prendas que jamás hubiese elegido convirtió el día de shopping para Michaela en una total renovación del clóset de ambos. Ella, la profe, se desarmaba de risa mientras modelábamos los distintos outfits elegidos, mientras yo pensaba en que se venía la hora de almuerzo y que no había tenido en mente tener que invitar a nadie a almorzar. Y nuevamente, las cosas se me escaparon de las manos, cayendo en aquella naturalidad que cada vez me sorprende menos en la profe.

El rejol marcó la una de la tarde y Micha reclamó alimento, como si a Godzilla se le hubiera abierto el apetito, con un sonoro crujido estomacal. La profe inmediatamente sugirió darnos una vuelta por el food court y paliar el hambre con algo rápido. Jamás, jamás en mi vida he visto a una mujer tan esbelta devorar una bembos gigantesca con tanta decisión y falta de remordimientos! Quedé encantado.

Michaela por su parte, no dejó de bromear y de comentarle su emoción por el sombrero que me obligaron a comprar. Un sombrero!!!
Finalizamos la tarde con la compra de lentes de sol para la enana, que me costaron un ojo de la cara, pero ante la presión de Michaela y de su nueva compinche, tuve que ceder para no quedar como un tacaño.

Finalmente, fui arrastrado al cine. Y a uno de los mejores días en mucho, mucho tiempo. 
Terminada la película, y disculpándome por haber acaparado sin quererlo todo el día, la dejamos en su casa, sin dejar de conversar durante todo el trayecto sobre los items adquiridos, y sobre la necesidad de reevaluar nuestro viejo clóset, para ir eliminando lo que ya no usamos. 

Regresando a casa, tuve que sentarme en calma (es decir, luego de que Micha caiga rendida) y evaluar lo que acababa de acontecer en mi vida. Cuál es el paso siguiente? Debo tomarlo como una cita? Debería llamarla nuevamente?

Supongo que lo dejaré nuevamente, a su franca naturalidad.

domingo, 25 de enero de 2009

Nadando sin flotador

Las clases de natación de Michaela han sido algo más que un éxito del verano, por más de una razón.

La enana parece estár más contenta que nunca, y se ha convertido en una máquina consumidora de helados industrial, víctima total del marketing y consumidora irrefrenable de Helado de Inca Kola de D'Onofrio, cosa que probablemente cause celos tremendos en sus habituales Jets.

Micha se ha convertido en una sílfide absoluta, una sirena hermosa, y su profesora me ha pedido que por favor la inscriba en las clases de nado sincronizado pronto, porque siente que tiene un enorme potencial. Es increíble la facilidad con que aprendemos nuevas cosas cuando somos jóvenes, e increíble lo difícil que puede ser para una persona mayor adquirir nuevos hábitos, conocimientos o simplemente darle un giro inesperado a la rutina.

Y es ahí dónde quizá me encuentro yo. En mi disyuntiva absoluta sobre la ropa de baño de la enana, decidí en cierto momento confesarle a la profesora (una joven muy guapa, bronceada y de un carisma incomparable) mi incapacidad para tomar una decisión que no cause cicatrices emocionales futuras en mi potencial medallista olímpica de natación. Y así comenzó todo.

Ella me recomendó tantas cosas al respecto, y probablemente al notar en mis facciones que todas las indicaciones no causaban más que confusión en mi limitado cerebro en cuanto a vestimenta, se ofreció a acompañarme a comprar la ropa de baño indicada. Casi orgánicamente acepté la invitación (?) y le di mi número de teléfono, comprometiéndome a salir el fin de semana de compras con ella. Acto seguido, me sentí completa y absolutamente absorto sobre lo que acaba de suceder.

Cuando llegamos a casa, decidí comentarle el asunto a Micha, con un "el sábado vamos a comprarte nuevas ropas de baño, te parece? Y de paso, si encontramos algo lindo, pues renovamos un poco tu closet!". Debo confesar que mis palabras sonaron más entusiastas de lo que esperaba, y quizá mi rostro no acompañaba la emoción de las mismas, algo que se evidenció cuando ella respondió rápidamente con una sarta de pedidos guardarropiles que no me esperaba. Y es que a veces me doy cuenta que la falta de una mujer en casa realmente puede hacerle daño a la imagen de una niña. Mi escaso seso a la hora de elegir ropa, o en relación a la frecuencia con que voy de compras con ella la ha convertido en una dependiente del "jean & polo", tal como su padre. Estoy seguro que ese no sería el caso si hubiera alguien más en casa.

Y éste pensamiento, desencadenó mi neurosis. Iba a salir ese fin de semana con la profesora de natación! Es decir... nos ibamos a juntar para que me recomiendo algunas cosas para Michaela... pero luego? Qué venía luego? Tomábamos un helado? La invitaba a comer? Me despedía con un "muchas gracias por tu ayuda" en la caja de la tienda, y la volvía a ver en las clases? Eso me sonaba demasiado conchudón.

Y lo que más me aterra de ésta situación es que Michaela se verá en medio de dos adultos, en una sesión de compras, asesorada por una mujer que camina al lado de su padre, y que definitivamente no es su mamá. No tengo idea de lo que estoy haciendo.

domingo, 18 de enero de 2009

Confesiones de verano

Siempre he pensado que mi porte sexy, mis bronceados músculos y mi fisonomía hercúlea jamás sería cuestionada de la forma en que lo han sido recientemente, derrumbando cualquier clase de postura de atleta consumado que quisiera haber adoptado aunque sea imaginariamente para mostrarme como el héroe sabelotodo que siempre quise ser para mi hija.

Pero ella, se ha reido de mi.
Se ha reído, y de sus labios no sólo brotaban carcajadas, sino burbujas.
Sus ojos, entrecerrados, arrugando ligeramente la nariz, y con las pestañas salpicadas de gotitas de agua, también se reían de mi.
Con medio cuerpo en la piscina, sumergiéndose y saltando con la facilidad de una rana absoluta, se ha reído de mi.

Y es que no sé nadar, y la pequeña bandida ésta, cree que porque lleva una semana en las clases de natación, ya ja superado cualquier gap generacional o jerárquico que nos separe!

Lo que no sabe, es que soy y seré siempre el rey de la piscina (siempre en la parte donde hay piso).

Debo decir que poder comprar la membresía de un club no es cualquier cosa, es muy interesante cómo uno puede convertirse en parte de una pequeña sociedad, de un pequeño grupo humano donde es saludado y sonreído amablemente, y donde puedo dejar a Michaela a sus anchas todo el día, jugando, nadando, comiendo helado. Es fantástico!

En días como éste, le doy las gracias a las oportunidades económicas que me acompañan.

domingo, 11 de enero de 2009

Vacaciones útiles

Los términos "vacaciones útiles" siempre me parecieron una redundancia. Para mi no ha existido jamás nada más útil que el largo y reparador descanso que podrían brindar las vacaciones, pero quizá yo y mi vetusta manera de ver las cosas, no estemos al día con los modernos e hiperactivos conceptos de entretenimiento (sano) vacacional para niños y jóvenes.

La verdad, tengo que admitir que la enana se marea de tanto dar vueltas en el departamento sin saber ya qué rayos hacer con su tiempo. Me ha sugerido pintar todas las paredes, me pide una mascota, me recibe con gritos de alegría cuando regreso a casa y me pide ingentes cantidades de dvds nuevos. Un día llegué, y hasta me había reorganizado los muebles de la sala. La pobre no puede más con su energía contenida.

Así que lo consulté con una colega que también tiene hijos y me dijo que la mejor solución era que la meta a clases de vacaciones útiles. Y "qué rayos son vacaciones útiles?" le dije. Pues me explicó que hay miles de talleres para niños durante el verano, entre ellos teatro, danza moderna, clau (hasta aquí, todavía no entendía lo de "útiles", y "útiles para quién?"), natación y otra sarta de tonterías que van desde la retórica hasta el kung fu acuático.

Pues lejos de considerar que mi pobre enana tenga que gastar sus energías sentada en un pupitre aprendiendo algún idioma asiático (porque se dice que el chino es el nuevo inglés), decidí meterla en clases de natación. Qué más quiere? Va a estar haciendo ejercicio, haciendo amigas (nada de amiguitos! no! me niego! jaja), bronceándose (aunque no sé hasta qué punto ésto pueda ser importante para una niña) y lo que es más importante, llegando a casa muerta y con un hambre voraz, de forma que pueda caer rendida y pueda dormir tranquila sin estar planteándome reformas arquitectónicas del departamento a medianoche.

Ahora, el único problema en todo éste asunto de las vacaciones útiles, la natación y todo ésto es... la compra de la ropa de baño.
Por Dios, que no tener esposa en éste momento es de lo peor! No sé qué ropa de baño comprarle, si un bikini, una ropa de baño entera... todavía es una niña, pero no hay forma que se la catalogue como una bebe... alguna idea?

jueves, 1 de enero de 2009

Feliz Año!


 Morning has broken, like the first morning,
 Blackbird has spoken, like the first bird,
 Praise for the singing, praise for the morning 
 Praise for the springing fresh from the word

Me encanta el sabor a renacimiento que experimentamos todos al iniciarse un nuevo año. Me encanta cómo todas las tarjetas familiares se encuentran repletas de palabras como amor, felicidad, campanas, inundación, rebalse, salud, cariño, esperanza. Me encanta porque es ésta la época del año en que Micha se entera que el mundo es tal y como ella lo ve siempre, y yo miro a través de sus ojos dándome cuenta que en realidad, es así.
Muy aparte de las fiestas de año nuevo, de las noches con el abuelo, de lo bacán de despertarse el 31 y mirar en la tele fuegos artificiales en Australia, me parece que lo genial de éstas fechas es la sensación de purga absoluta. Es casi como salir de un confesionario y pensar "lo pasado, pisado", borrón y cuenta nueva, tabula rasa absoluta y se ven expresadas por las innumerables preguntas de cercanos y ajenos sobre las "reflexiones y resoluciones de año nuevo", que casi sobrepasan a la fatua "y dónde lo vas a pasar?".
Así que para contestar ambas, debo decir que sobre las reflexiones puedo categorizarme como un buen hombre, un buen padre y un buen amigo. Que tengo una gran hija, un padre amable y un futuro interesante. Sobre las resoluciones, ser un mejor hombre, un mejor padre y un mejor amigo. Criar una gran hija, cuidar a un amable padre y explotar ese futuro interesante. Aprovecho la mística de éstos días para desearles a todos muchísima energía para éste 2009, que parece que no se viene tan suave para nadie, así que ánimo! Todo se puede, cuando se quiere.



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