Michaela, la profe y yo.
Llegó el viernes por la noche y decidí hacer la funesta llamada a la profesora de natación, para coordinar la salida de compras. Fue una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer en mucho tiempo. Por qué no le pedí el favor a alguna de las chicas con las que trabajo, o a alguna otra amiga en particular? Jamás lo entenderé, pero debo decir que no me arrepiento.
Tuve que convencerme antes de llamar de que el tenor de voz que utilizaría durante la llamada sería de lo más neutral, pero todo se fue al diablo apenas me contestó el teléfono. Su voz, tan joven y alegre me respondió como aquella chica que le responde el teléfono a su viejo compañero de promoción. Su ánimo y disposición para salir, me inquietaron inmediatamente, así que cerré el trato lo más pronto que pude, y quedamos en encontrarnos al día siguiente en el Jockey Plaza.
Salimos a las 11 am de casa, intentando llegar al centro comercial, intentando apaciguar la emoción de Michaela por su salida de shopping. Ella elaboró dedicadamente una lista de las cosas que "necesita", lista que me entregó a la hora del desayuno y que consta de numerosos items que me sorprendieron, entre ellos, muchas cosas que aparentemente yo necesito. Mi pobre enana se toma muy a pecho la labor de ser la mujer de la casa.
Nos encontramos tal como habíamos dicho, frente a los cines a la hora pactada, y debo confesar que me alegró y sorprendió que haya sido puntual. Esperaba haber podido tener unos minutos para sacudirme el nerviosismo, pero la naturaldidad y frescura de "la profe" terminó por secar las palmas de mis manos, que habían sudado toda la mañana.
Empezamos la ruta del shopping mientras que contemplábamos entre carcajadas la lista de Michaela, que aparentemente no se encontraba muy disgustada con la situación. Era consciente de que su padre estaba en ese momento, de alguna manera, quizá, flirteando con su profesora? Si lo hizo, pues no demostró malestar alguno, y si no lo hizo, pues probablemente fue lo mejor.
Confieso que ir de compras con una mujer es toda una experiencia para mi. La onda de probarte cada cosa antes de comprarla, de tener que ir a regañadientes al vestidor con una cantidad absurda de prendas que jamás hubiese elegido convirtió el día de shopping para Michaela en una total renovación del clóset de ambos. Ella, la profe, se desarmaba de risa mientras modelábamos los distintos outfits elegidos, mientras yo pensaba en que se venía la hora de almuerzo y que no había tenido en mente tener que invitar a nadie a almorzar. Y nuevamente, las cosas se me escaparon de las manos, cayendo en aquella naturalidad que cada vez me sorprende menos en la profe.
El rejol marcó la una de la tarde y Micha reclamó alimento, como si a Godzilla se le hubiera abierto el apetito, con un sonoro crujido estomacal. La profe inmediatamente sugirió darnos una vuelta por el food court y paliar el hambre con algo rápido. Jamás, jamás en mi vida he visto a una mujer tan esbelta devorar una bembos gigantesca con tanta decisión y falta de remordimientos! Quedé encantado.
Michaela por su parte, no dejó de bromear y de comentarle su emoción por el sombrero que me obligaron a comprar. Un sombrero!!!
Finalizamos la tarde con la compra de lentes de sol para la enana, que me costaron un ojo de la cara, pero ante la presión de Michaela y de su nueva compinche, tuve que ceder para no quedar como un tacaño.
Finalmente, fui arrastrado al cine. Y a uno de los mejores días en mucho, mucho tiempo.
Terminada la película, y disculpándome por haber acaparado sin quererlo todo el día, la dejamos en su casa, sin dejar de conversar durante todo el trayecto sobre los items adquiridos, y sobre la necesidad de reevaluar nuestro viejo clóset, para ir eliminando lo que ya no usamos.
Regresando a casa, tuve que sentarme en calma (es decir, luego de que Micha caiga rendida) y evaluar lo que acababa de acontecer en mi vida. Cuál es el paso siguiente? Debo tomarlo como una cita? Debería llamarla nuevamente?
Supongo que lo dejaré nuevamente, a su franca naturalidad.
3 comentarios:
Oye que chevere! llamala, se natural tambien tu!
bsos
Llámela maestro... no tiene nada que perder y mucho que ganar...
Animos!
¿Escuché clic por allí?
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