sábado, 11 de abril de 2009

Sin lugar para los débiles

Lo interesante de cualquier adversidad es la gama de posibilidades que una mente creativa puede divisar para sortear las mismas. Estamos acostumbrados a cuadricularnos mentalmente y circunscribirnos dentro de las soluciones que nos da el libro de nuestra experiencia y de las experiencias ajenas, que suelen ser redundantes, erradas y hasta algunas veces obsoletas. En tiempos donde las crisis y las problemáticas son nuevas, y sus raíces nuestras propias actitudes frente a la vida, tanto como entes individuales y como sociedades, debería ser más que lógico que para problemas nuevos, soluciones más frescas aun!

Pero el tiempo nos ha enseñado que el hombre no aprende de sus errores, salvo quizá cuando los comenta tantas veces que generen un trauma e instintivamente aprendamos a superarlos.

Una pequeña historia que me contó mi viejo hace algunos años:

"Un hombre salió de su casa una mañana, camino al trabajo. Caminó tranquilamente divisando los árboles, la vereda, los autos estacionados y la gente que cruzaba por la vereda opuesta. Sin darse cuenta, cayó en un hoyo en el camino.

Al día siguiente, el mismo hombre salió de su casa, caminó tranquilamente mientras distraía el pensamiento con divertidas conversaciones imaginarias, mirando a la gente caminar al otro lado de la vereda, y terminó cayendo en el mismo hoyo.

La mañana siguiente, caminó por el mismo rumbo, tomando en cuenta el agujero en la vereda, esperándolo y pensando en él, mientras que el ruido de la calle llamaba cada vez más su atención. Y terminó tropezando y cayó al mismo hoyo.

Al final de la semana, tomó otro camino."

Tomar otro camino muchas veces es lo más difícil que uno puede hacer. Es difícil caminar contra la corriente de la gente que empuja su carrito con el mismo esfuerzo y las mismas ganas con las que tú quieres andar por el sendero opuesto. Es difícil hacerlo bajo la mirada reprobatoria de gente que te quiere y te advierte que lo que estás haciendo, no es mainstream, que no valdrá la pena. Y sin embargo, gente así inventó Google, inventó Facebook, inventó Twitter.

La necesidad ya no es la madre de la invención. O quizá sí lo sea, pero de forma indirecta: Necesito dinero, genero un negocio. Un negocio que busque satisfacer la necesidad de alguien más. Qué necesidad existe que no esté cubierta ya por otros negocios? Entrarías a una competencia sabiendo que tus competidores son ya gigantes consolidados? O quizá... buscarías una necesidad no cubierta aun? O de forma temeraria e intrépida, te atreverías a crear una necesidad?

Las personas que inventaron Google, Facebook, Twitter... son las personas que se atrevieron a crear una necesidad. Naturalmente, se basaron en los basic needs de las personas. En el primer caso, la necesidad de encontrar lo que se busca. En el segundo caso, la necesidad de saber qué hacen los demás, y en el tercer caso, la necesidad de compartir y recibir input de forma rápida.

Hoy en día, la otra forma de hacerlo es competir, sabiendo lo que existe y haciéndolo mejor, más rápido, más hip, más masivo, menos complicado.
Lo que al final se resume en crear algo tan complicado pero tan sencillo que todo el mundo pueda usar y que tenga velocidad de propagación viral, así como de self marketing.

Te atreves?

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