Back to reality, oh there goes gravity

Semanita complicada, como suelen ser aquellas semanas en las que cuando llega el miércoles terminas rogando porque el día siguiente no sea jueves sino viernes.

En casa todo ha retomado la rutina que hasta hace poco no me disgustaba, pero que el hecho de haber removido los cimientos de esa misma rutina, hace que extrañe de alguna forma las sorpresas que la vida no me daba hacía mucho tiempo (o que quizá yo mismo había decidio obviar por cuestiones psicológicas).

En general, para alguien que alguna vez decidió anestesiar su vida social por haber tenido una hija, por no haber podido saber llevar bien la partida de la persona amada, el hecho de mantener un esquema es una forma de sobrevivir alegremente. Mi luz es y será Michaella, y no es que necesite más luz en mi vida, pero la necesidad de alguien más cada día me carcome lentamente.

Hace tanto que no siento el abrazo cariñoso de una persona de mi estatura!

Quizá escribir sobre el tema me ayude de alguna forma a poner ciertas prioridades en órden. Porque desde siempre tuve a mi enana como número uno, y siempre me sentí ligada a ella en esa prioridad. Es decir, la lucha por ella, era una lucha por mi. Pero ella está creciendo, en algunos años será una adolescente que me dirá que irá a dormir a la casa de una amiga para hacer las tareas, cuando en realidad estará probablemente jugando a la botella borracha luego de secarse varios vasos de ron en la casa de alguna apañadora amiga cuyos padres salieron de viaje.

Con quién me reiré sobre eso? Con quién pasaré la noche yo, cuando ella salga? Quién jugará a la botella borracha conmigo?